En la asociación Ghorghalado, organizadora de la Muestra de Cine de O Rosal, decidimos en el año 2024 comenzar a premiar las mejores cortas o aspectos determinados de ellas.
Desde el primero momento tuvimos muy claro que no me los podía entregar cualquier cosa, que necesitábamos algo que
había identificado a la asociación, a la Muestra y que fuera un motivo vinculado a nuestra tierra, nuestra cultura y nuestro patrimonio.
El símbolo, el logotipo, ya existía de antes, desde la fundación de la asociación. Solo necesitábamos un soporte
diferente para poder entregarlo. Enseguida en los enteramos que, a todo trance; tenía que ser piedra. Fue desde esta premisa que diseñamos el trofeo.
Con el diseño hecho se trataba de encontrar un artesano de la piedra que nos hiciera un croquis para ver la realidad del
que hasta entonces solo era un dibujo en el papel. Me los podía empezar a buscar por otro lado, pero quiso la fortuna que comenzáramos por Arcozelo, a un lado de Pontede Lima, tierra de canteras y canteros.
Podíamos haber empezado a buscar por otro lado, pero quiso la fortuna que comenzáramos por Arcozelo, al lado de Ponte de Lima, tierra de canteras y canteros. Fue así como llegamos al taller de Granitos João Costa. Fue así como dimos con João Maria Teixeira. Apenas explicamos el que queríamos y ya nos entendieron, tan sólo unas breves aclaraciones sobre el tamaño y muy poco más. Recordamos perfectamente la frase: “cómo aparece en el papel, más o menos,
de 15 o 18 Cm de alto y con los bordes no cortantes”.
E así fue!
El resultado no pudo ser mejor. João Maria Teixeira captó perfectamente la idea y hasta tuvo el detalle, no pedido por nosotros, de pintar en dorado el fundo del laberinto, el que lo hace contrastar con el granito de Puente de Lima. Está es la pequeña historia del trofeo que entregamos a las ganadoras. Del arte y las manos del escultor salen unos trofeos totalmente artesanos, todos muy parecidos pero todos diferentes, pues así es la verdadera artesanía.
Es así como cada corto ganador recibe una pieza original, única y diferente.
João Maria Teixeira es mucho más que un cantero. Llega con ver una mínima parte de su obra para enterarse de que es capaz de hacer el que sea. Desde algo tan pequeño como nuestro trofeo hasta obras de grandes dimensiones. Una visita a su taller, en Granitos João Costa, en Arcozelo, siempre trae alguna sorpresa. Tanto está comenzando un San Jorge como finalizando un escudo o un peto de ánimas. João es el último escultor de Arcozelo. Hay aún muchos canteros que trabajan magníficamente con máquinas, pero quen haga el que hace João Maria con las manos, no.
Quien mejor puede hablar de él no somos nosotros, es su obra: